Nuestra cabina se llenó de alegría la noche de este jueves, de esas que te hacen sonreír sin motivo aparente, de esas que te recuerdan la magia que emana de nuestra tierra. Y no era para menos, porque la casa radial que palpita al ritmo del folclor, VallenatoFM, abrió sus puertas a un grande, a un artista cuyo carisma desborda escenarios: ¡el inigualable Peter Manjarrés!

Pero esta no fue una visita protocolaria más, de esas donde se repasan los éxitos y se anuncian lanzamientos. No. Esta vez, la energía que inundó los estudios fue distinta, una chispa humana que conectó al ‘Caballero’ con cada uno de los oyentes de una manera fresca y espontánea.
Desde el momento en que cruzó el umbral, Peter irradió una alegría contagiosa. Risas genuinas que resonaban en cada rincón, anécdotas espontáneas que dibujaban sonrisas en el equipo de la emisora y un espíritu juguetón que invitaba a dejar de lado la formalidad.
Lo vimos interactuar con los operadores como si fueran viejos amigos, bromear con los locutores sobre el último partido de fútbol y hasta atreverse a improvisar unos versos llenos de picardía dedicados a la audiencia que sintonizaba. ¡Un verdadero torbellino de buena vibra!
Junto a él, su acordeonero de lujo, el talentoso Luis José Villa, complementaba esa atmósfera festiva con melodías espontáneas que florecían entre conversación y conversación. Un paseo fugaz por esas notas que nos erizan la piel, interpretadas con la maestría que los caracteriza, pero esta vez, con un sabor más íntimo, como si estuviéramos en la sala de su casa compartiendo un café.

No faltaron las menciones a su familia, ese pilar fundamental que siempre lo impulsa, pero contadas desde una perspectiva más cotidiana, con la calidez de un padre orgulloso compartiendo las ocurrencias de sus hijos, con la admiración de un esposo por su compañera de vida. Historias sencillas que nos recordaron que detrás del artista exitoso, hay un ser humano con los mismos afectos y vivencias que todos.
El legado vallenato, por supuesto, siempre presente en su corazón, fue evocado con una emoción palpable, pero no desde la solemnidad del deber, sino desde la pasión viva de un artista que siente correr por sus venas el legado de los grandes maestros. Compartió recuerdos de sus inicios, de esos momentos humildes que forjaron su camino, con una gratitud que enternecía.
Y aunque “Jerarquía” y su extenso repertorio fueron protagonistas musicales, la conversación fluyó de manera orgánica, saltando de un tema a otro con la naturalidad de una charla entre amigos. Peter se mostró cercano, curioso por las opiniones de los oyentes que llamaban a la emisora, respondiendo con la sinceridad que lo caracteriza y regalando consejos llenos de sabiduría y humildad.

Esta visita a VallenatoFM no fue una simple promoción, fue un encuentro genuino, un respiro de alegría en medio de la rutina. Peter Manjarrés nos recordó que la música, y el vallenato en particular, es también celebración, conexión humana y pura energía positiva.
Al despedirse, dejó en el aire una sensación de optimismo y la promesa de seguir compartiendo su música y su esencia con esa autenticidad que lo ha convertido en uno de los artistas más queridos de nuestra tierra. ¡Gracias, Peter, por regalarnos una mañana tan llena de vida y sabor vallenato! La cabina de VallenatoFM quedó vibrando con tu alegría, y los corazones de tus seguidores, ¡aún más!