El Son vallenato surge como parte de la música tradicional campesina en el Magdalena, hacia la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX, para luego convertirse en uno de los aires representativos del vallenato que hoy en día se han perdido entre las nuevas tendencias musicales.
Su característica principal es que el son es un ritmo suave y melancólico que muchos artistas y vallenateros describen como el lamento del vallenato, por el tempo lento que funciona con un compás 2/4, es decir, que tiene dos tiempos o pulsos.
Además, su letra tiende a ser nostálgica, descriptiva y sentimental con el fin de expresa tristeza, lamento, desamor o contar historias de la vida rural del juglar que la interpreta, por lo cual, el canto que lo acompaña esta lleno de emoción y se siente como una narrativa personal.
Durante las décadas de 1940 y 1950, el son vallenato alcanzó su esplendor gracias a figuras como Luis Enrique Martínez, Abel Antonio Villa y Juancho Polo Valencia, quienes lograron consolidar su estructura melódica y convertirlo en una pieza esencial dentro del folclor vallenato. En ese entonces, el son era el espacio donde el acordeón hablaba con calma y profundidad, permitiendo que cada nota expresara un sentimiento genuino del alma campesina.
Hoy en día, es un aire que se ha perdido, debido a que los músicos actuales prefieren ritmos animados y hechos para la parranda. Sin embargo, algunas canciones de los últimos años han rescatado este ritmo para convertirse en sus exponentes del presente como “Ay Hombe” de Jorge Celedón y “El botón de Oro” de Pacho Rada.
El son vallenato no solo se escucha, se siente. Es el pulso sereno de La Guajira y el Cesar, una melodía que sigue recordándole al mundo que el vallenato nació para emocionar y trascender generaciones. Y en Vallenato FM, la emisora del vallenato, seguimos celebrando este aire clásico que mantiene viva la esencia poética y sentimental de nuestra música.
