En el marco de la conmemoración de los 16 años del fallecimiento de Rafael Escalona Martínez, la Fundación que lleva su nombre organizó un emotivo homenaje en Valledupar, donde familiares, artistas y admiradores recordaron al maestro como el “inventor del vallenato” y uno de los más grandes compositores del folclor colombiano.
Taryn Escalona, hija del maestro y presidenta de la Fundación Rafael Calixto Escalona Martínez, sobre la herencia de su padre. Con profunda emoción, Taryn compartió detalles íntimos sobre la personalidad de su padre y la misión que asumió para preservar su memoria: “Con el dolor en mi alma uno piensa, yo siempre pensé que nadie es eterno y antes de que mi papá falleciera, yo creé la Fundación Rafael Escalona para perpetuar este legado y para que las nuevas generaciones supieran quién era Rafael Escalona”.
Describió a Escalona como un ser humano cálido: “Escalona era un ser jovial, era buen amigo, era juguetón, era bromista, nos pechichaba. A mí me dijo un día: ‘A ti no te voy a hacer canción porque te me ahumas, a ti solo te voy a poner alas para que te eleves todo lo alto que te permitan tus ansias porque tú eres mi colibrí’”.
Escalona, el cuarto rey mago
Taryn también recordó anécdotas familiares que reflejan la generosidad y el humor del maestro, como cuando él llegaba a Valledupar cargado de regalos para sus seres queridos, comparándose con los Reyes Magos. Asimismo, relató la conversación sobre sus deseos para el día de su muerte, en la que sus hijos expusieron al maestro sobre la posibilidad de que sus cenizas fueran esparcidas en un paisaje de aquí: “Una vez yo le dije, “Papi, ¿a ti te gustaría que el día que tú te murieras te cremáramos y esparciéramos las cenizas en el río Guatapuri?”.
Según Taryn, aunque finalmente fue sepultado bajo un palo de mango, el maestro les preguntó si les gustaría que ellos terminaran “soasados” igual: “Tú te imaginas la gente visitando donde cayeron las cenizas de la colibrí de Escalona”. “Rafa y yo no estábamos preparados para esa pregunta, nos miramos la cara y dijimos, “Sí”. Y dijo, “Bueno, vamos a ver cuál de los tres se muere primero”. Y yo dije, “No, mi papá no quiere que lo crememos”. Por eso le hicimos su mausoleo y aquí está debajo de un palo de mango, como él quería”.
Casa Museo Rafael Escalona
La hija del compositor enfatizó la importancia de la Casa Museo Rafael Escalona, un espacio que busca conservar los objetos y la memoria del maestro para que las nuevas generaciones no olviden su figura ni su aporte al folclor vallenato: “Todos los grandes en la música, en el arte, en el folclor dejaron su semilla y lo que hacen las familias es perpetuar ese legado a través de una fundación, a través de un museo donde la gente vaya a mirar”.
El homenaje contó además con la participación de la Escuela de Talento Rafael Escalona, cuyos niños interpretaron “La casa en el aire”, una de las canciones universalmente conocidas del maestro, y con la presencia de artistas como Margarita Doria, quien expresó su gratitud y admiración por el legado recibido. Inicialmente se dijo que estaría el Rey Vallenato 2025, Iván Zuleta, sin embargo, el acordeonero se reunía a esa misma hora con el alcalde de Valledupar, Ernesto Orozco, para continuar con la promesa de regalar acordeones a niños en zonas alejadas.
Rafael Manjarrez, presidente de Sayco, resaltó la deuda que los compositores vallenatos tienen con Escalona por abrirles el camino: “Cada vez que se cruzaba palabras con el maestro Escalona, uno sentía que se enriquecía”. Al terminar las intervenciones, se anunció que el próximo 26 de mayo se realizará un conversatorio-concierto titulado “La influencia de Escalona en el vallenato romántico”, donde destacados músicos, académicos y compositores profundizarán en la huella imborrable que dejó el maestro en la música colombiana.
A 16 años de su partida, Rafael Escalona sigue vivo en décimas vallenatas, en las voces de nuevas generaciones y en cada nota del vallenato que él ayudó a forjar, como lo expresó su hija: “Aquí estoy cumpliendo esa misión que me dio mi papá”.