Capital del vallenato, tierra de música y cantores, naturaleza y cultura, son algunos de los calificativos de la tierra del Cacique Upar, Valledupar, que hoy se convierte en el centro de atención en el país y el mundo, por el inicio del 58 Festival de la Leyenda Vallenata, evento que además de traer cultura, genera turismo y reactiva la economía.
Sus calles están repletas de visitantes, sus monumentos el mejor espacio para llevarse la fotografía del recuerdo, sin dejar a un lado sus sitios históricos y culturales que marcan su sello en cualquier parte del mundo.
La caja, guacharaca y acordeón, son hoy su carta de presentación para los miles de turistas que visitan la ciudad, provenientes de varios departamentos del país y el exterior. El homenaje al siempre recordado, Omar Geles, ha llamado la atención de todos y a una sola voz entonarán cada una de sus melodías durante la realización de esta importante fecha.
Sin dudas, Valledupar está de moda, su reactivación económica ha sido inminente con la realización de la fiesta de acordeones, que además de traer alegrías, ha permitido generar empleo y mostrar la vitrina turística de esta noble tierra.
“No me voy sin la foto con Diomedes”
Impresionada y contagiada por la vibra festiva que se vive en Valledupar durante estas fiestas, Alba Elena Pulido —quien llegó desde Montería— visitaba emocionada la Glorieta de Los Juglares del Vallenato, cerca del Parque La Provincia.
“Vine a disfrutar del homenaje musical a mi ídolo, Omar Geles, pero no me puedo ir de esta tierra sin tomarme la foto con otro grande como lo fue Diomedes Díaz”, aseguró con entusiasmo.
Para Alba, la primera imagen que tuvo de Valledupar fue la de una ciudad colorida, llena de música, tradiciones y un amor profundo por el vallenato.
“Las esculturas de los exponentes del vallenato son reconocidas en cualquier rincón del mundo. Me llevaré esas fotos para decir con orgullo que estuve en Valledupar, la tierra del vallenato”, expresó entre risas.
Durante esta semana, la capital del Cesar se engalana para mostrar sus mejores espacios, su gastronomía y el encanto de sus cantos. La ciudad ha dispuesto una amplia oferta turística para el disfrute de propios y visitantes.
Uno de los principales atractivos del centro histórico es la Plaza Alfonso López, considerada el templo sagrado del Festival Vallenato. Allí se rinde homenaje perpetuo a este folclor. Rodeada por más de 300 trinitarias, cuyas flores decoran el paisaje, la plaza también refleja en su carril central las siete etnias indígenas de la región, acompañadas por una silueta curva que simboliza las ondas del río Guatapurí, afluente esencial en los orígenes de la ciudad.
Otro lugar imperdible es el Parque de la Vida, también llamado Bosque Seco Tropical. Este año se suma como un nuevo punto turístico, destacándose por su vegetación, carrusel, parque de agua, esculturas temáticas —como Amor y Vida, Las Lavanderas, La Ramita de Cañahuate, El Árbol de Cañahuate y Paz Mental—, así como un capitel para eventos, coliseo deportivo, ciclorruta, pista perimetral, cafetería, plazoleta de comidas, seguridad, parques infantiles, gimnasio biosaludable y amplias zonas al aire libre.
Además, el Mirador Santa Ecce Homo, ubicado en el Cerro La Estrella, se presenta como una nueva opción de turismo religioso. Recientemente inaugurado, ya recibe diariamente a cientos de visitantes que buscan una vista privilegiada y un espacio para la reflexión.
