Rafael Santos Díaz, hijo mayor del legendario Diomedes Díaz, compartió detalles sobre los últimos deseos de su padre y cómo se organizó su velorio, revelando aspectos poco conocidos de aquel momento que marcó al mundo vallenato.
Rafael cuenta que su padre le pidió que el día de su funeral se quedara al lado del ataúd y no permitiera que nadie le tocara la cabeza. Aunque no explicó la razón detrás de esa petición, el misterio ha despertado la curiosidad del público, que se pregunta cuál era el significado profundo de esas palabras.
Después de la autopsia del Cacique de la Junta, la entonces Gobernadora del Cesar habló con Rafael y acordaron declarar cuatro días de luto, en reconocimiento al legado del artista. El velorio se desarrolló tal como Diomedes lo había imaginado con fritangueros al lado que vendieran dulces y bebidas.
Rafael también recordó una de las frases más enigmáticas que su padre le dejó: “van a llegar dos perros negros que se van a sentar, se van a postrar ahí abajo del cajón, no los vayan a quitar. Esos perros me van a mostrar el camino a la eternidad”.
Con estas revelaciones, Rafael Santos mantiene vivo el legado de Diomedes Díaz, recordando que detrás del ídolo del vallenato existía un hombre profundamente conectado con sus raíces y con un amor inquebrantable por su público.
Este pendiente de nuestras próximas publicaciones averiguaremos con Rafael Santos sobre si ocurrió la llegada de los perros al velorio.
